martes, 6 de diciembre de 2016

Mensaje Diciembre


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Mensaje de diciembre de 2016


El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;
                vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
                El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, 
su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.”

Lucas 1, 30-33

Diciembre nos encuentra en la celebración del Adviento, tiempo de gracia para prepararnos para la Navidad y con ella, conmemorar el amor infinito de Jesús, Quien se hizo uno de nosotros para enseñarnos el camino del amor como una ruta de encuentro, de entrega, de perdón.

      Jesús nos enseñó que amarlo es amar al prójimo, pero no sólo a los revestidos de cualquier tipo de ventura, pues Jesús se identificó con los pobres, con los marginados, los rechazados y fue al encuentro de los pecadores para hacerles sentir su amor, ese amor que se dona sin juzgar, que no opone condición, que perdona desde la humildad y la perfecta compasión y a través de esa experiencia, la conversión se sucedía inevitablemente; de ello dan cuenta tantas historias contenidas en los Evangelios.

      Refiriéndose a la Navidad, el Hermano Pedro Orbezua, Visitador Auxiliar del Distrito Antillas – México Sur, expresa:

En la noche más hermosa –¿la más hermosa? – cuando las sombras oscurísimas llenaban el universo –y nuestro interior más secreto y abisal– y una pizca de luz, Jesús, se prende y crece e inunda los espacios siderales y asegura la victoria del bien, la verdad y lo bello sobre el mal, el pecado y la muerte.
                                                                                                                               (Adviento, noviembre de 2016)

      Jesús es nuestra gran luz y como nuestro hermano mayor y Quien más nos ama, nos ha hecho partícipes de ella. Es decisión propia hacerla resplandecer viviendo a ejemplo de Jesús o permitir que poco a poco se opaque en nuestro interior. …Al final del día vale la pena preguntarnos: ¿he sembrado claridades o he sido sombras y cultivado cizañas? (ídem)

      Recordemos que como Lasallistas, somos portadores de la gran esperanza obsequiada por Jesús una noche fría, cobijado por el amor de José y María, adorado por los ángeles y  los más humildes; y como Lasallistas, nos esforzamos cada día por ser testimonio vivo de fe, de fraternidad y de servicio, porque en todo momento experimentamos la alegría de sabernos hijos de Dios.

      Conviene entonces recordar a San Pablo en la Primera Carta a los Corintios (16, 13-14) en la que exhorta: “Estad alerta, permaneced firmes en la fe, portaos varonilmente, sed fuertes.  Todas vuestras cosas sean hechas con amor”. 

      Reciban un muy afectuoso y filial abrazo de nuestra Comunidad de Hermanos, así como  nuestros votos para que esta Navidad, como sucediera con Zaqueo (Lucas 19, 1-10), llegue a nuestras casas la salvación.

¡Muy feliz Navidad!

Hno. Ángel Ibarguren Aguirre

            Director General                

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